Causa de Beatificación de la Sierva de Dios María Cecilia Perrín de Buide

Hace algunos años, el 7 de octubre de 2005, el Arzobispo de Bahía Blanca, Monseñor Guillermo José Garlatti, presentó un informe sobre la vida y las virtudes de María Cecilia Perrin de Buide, ante la Congregación para las Causas de los Santos, en la Santa Sede, solicitando que se inicie su proceso de canonización.

El 10 de noviembre de 2005, el Vaticano dio su consentimiento para que se inicie la causa de beatificación y canonización de María Cecilia Perrín de Buide, quien a partir de ese momento, se conoce como “Sierva de Dios”.

El 10 de abril de 2007, en la Curia Arquidiocesana de Bahía Blanca, se encuentra en la sesión de apertura, constituyéndose el primer Tribunal de la causa y se tomó juramento a sus miembros. De esta forma se inició la primera de las dos fases del proceso: la fase diocesana, a la que sigue la llamada fase romana.

La tarea de toma de testimonios a quienes conocieron y pueden ser fe de sus elecciones y su donación, fue ardua y llevó varios años. Se tomó extensa declaración a veintitres testigos directos de su vida, como así también se recolectó documentación relevante sobre la vida de la Sierva de Dios.

El 1 de marzo de 2015 se cumplieron treinta años de la partida de María Cecilia al Paraíso. En aquel momento se realizó en la Mariápolis Lía, donde descansan sus restos, una celebración con la participación del Arzobispo de Bahía Blanca y de muchas personas que llegaron de todo el país. Estaban presentes sus hermanos, su mamá Angelita, su marido Luis Buide, también su hija Agustina y varios familiares más. Compartieron con todos los presentes pinceladas de la vida de Cecilia, de su cotidianeidad, de su sí a Dios.

En la última semana de febrero de 2016 viajó desde Roma el Postulador de la causa, Carlo Fusco, abogado experto en causas de santidad. Trabajó varios días en conjunto con el juez delegado del proceso de beatificación, padre Marcelo Enrique Méndez y el Promotor de Justicia, padre Mateo Oreste Krupsky; ambos con gran experiencia y trayectoria en procesos similares. También estuvieron presentes la vicepostuladora Olga María Kania, junto a Alejandra Belfiore y Marta Alonso, que continúan con su trabajo como notarias.

En la curia arzobispal fueron recibidos por el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Guillermo José Garlatti, con la presencia del arzobispo coadjutor monseñor Carlos Alfonso Azpiroz Costa y se cumplieron allí las formalidades necesarias para avanzar en el proceso informativo sobre la vida y fama de santidad de María Cecilia. También se diseñaron los peritos históricos, con la presidencia de la doctora Lucía Bracamonte y los censores teológicos presididos por la doctora Sonia Vargas.

Durante esa semana de intenso trabajo, se puso también de manifiesto que la vida de Cecilia es realmente testimonio para todos. Un ejemplo de ello fue la visita de un sacerdote que el Juez había llamado para dar testimonio en la Causa. El mismo manifestaba que, sin conocerla, María Cecilia le había ayudado a definir su vocación y que día a día el la tenía presente en las cosas cotidianas. Cortando el césped en su Parroquia, porque nadie lo ayudaba, se acordaba de la frase: “Tus caminos son una locura, rompen mi humanidad, pero son los únicos que quiero recorrer”. En estas pequeñas cosas se confirma que Cecilia va dejando huellas en las personas.

Un momento importante fue la visita a la casa de la familia Perrin, donde vivió María Cecilia en su infancia. En el jardín de la casa, además de su mamá Angelita, estaban algunos de sus hermanos y María Agustina. Entre mate y merienda fueron compartiendo hechos muy simples de la vida de Cecilia. Una de las hermanas dijo que podría definir un Ceci como un personaje que siempre tuvo que ser un sí incondicional. Su experiencia en la final de su vida no fue una improvisación, porque siempre podría contar con ella. Expresiones como esta, impresionaron mucho a todos los que trabajan en su causa de beatificación.

El 29 de febrero de 2016, en vísperas del 31º aniversario de la muerte de María Cecilia, monseñor Garlatti presidió una misa, concelebrada por varios sacerdotes, con la presencia del Tribunal de la causa, en la ciudad de Punta Alta, donde vivió la Sierva de Dios. Un pesar de que era lunes, la iglesia estaba colmada.

El Postulador, el Juez Delegado y el Promotor de Justicia, dejaron Punta Alta con la impresión de que María Cecilia pudo dar su sí porque vivió en un contexto familiar y comunitario que el sostuvo. Y esta realidad es novedosa: una santidad colectiva, que nacen en la familia y la comunidad.

En junio de 2016, la presidenta de la Comisión Histórica, Dra. Lucía Bracamonte, ofreció una exposición detallada del trabajo realizado, la documentación original estudiada y la profundidad alcanzada en la investigación, presentando el documento final. Por su parte, los censores teológicos, Dra. Sonia Vargas y Eduardo Zaffaroni, expusieron con detalle el estudio realizado sobre los escritos de Cecilia para certificar que en ellos no hay ninguna doctrina contraria a la fe y a las buenas costumbres.

El 20 de Octubre de 2016, se encuentra en la Sesión de Cierre de la Fase Diocesana, por el arzobispo de Bahía Blanca, monseñor Guillermo José Garlatti, con la participación de todos los miembros del Tribunal, para luego realizar el envío de toda la documentación a las Causas de los Santos en la ciudad del Vaticano.

La Causa continúa ahora en el Vaticano para transitar la Fase Romana.